The Witch (2015) o Un cuento barroco-folk-goth feminista para inquietarte por el resto de tus días

     Largo tiempo sin vernos por aquí... largas horas sin disfrutar del Visual Freak que es el sentido último este desfasado blog 😎 

    Bien, hoy vengo con un material que es una obra maestra absoluta del cine reciente: The Witch. Njoy! Atención: contiene spoilers! para sorpresa de nadie! Not sorry: es una peli de 2015!

The Witch, la primera peli de Eggers    

    The Witch (2015) es la primera película de Robert Eggers, el director se sacó de la manga esta obra magistral, fuera de todo tópico normativo, en su primer largometraje. La Bruja es una creación completa, ha cerrado el círculo, se mire desde donde se mire. Y es que Eggers desarrolló su carrera como Director de Arte y Escenografía en el ámbito del teatro por lo que el concepto estético subyacente es profundo, complejo y está muy bien definido en el filme. La estética, en toda su infinidad de referentes, se va enlazando con la narración a un level superior 🙏 Vamos, que Robert se pasó la pantalla, el juego, el final boss y lo que tú quieras XD.

Trailer HD The Witch

    Fotografía, color, composición, vestuario, sonido y música generan una atmósfera que te envuelve y que, en resumidas cuentas, va al core de lo psicológico 💫 Eggers lo vuelve a conseguir en El Faro (2019) y el tío nos regaló una peli-epítome-de-la-perturbación 😅 que parece estar fuera del tiempo, en un trance muy al estilo de Repulsión (1965) o La Semilla del Diablo (1968) ambas del controvertido 😡 Roman Polanski. 

    En términos estéticos la vibra es naturalista, barroca, goth y tan oscura como la propia esencia del folk tale del que nace The Witch. Oscura como el folklore y turbia como la propia realidad que se traduce visualmente en una búsqueda de naturalismo que corre paralela a la certeza histórica. En la peli se introdujeron fuentes históricas, integradas tal cual, en algunos diálogos por que sí, siempre: la realidad da más miedo que la ficción. O realidad y ficción, psique y cultura, no tienen una línea divisoria tan clara maybe? 💬

A Folk tale

    El folk tale, el cuento folk, atesora una densidad de elementos inagotable. Es el hogar que habitan arquetipos y significados que atraviesan categorías tanto culturales como psíquicas. En el cine - que se parece tanto al subconsciente, a los sueños y, también, a la manera en la que percibimos e interpretamos la realidad - encontramos una larga genealogía de pelis conectadas a la energía del cuento folk conceptualizándose como un género cinematográfico con identidad propia: el horror folk 💝 

    Este nos conecta con el mundo pre-cristiano, con panteones y rituales paganos, con presencias ancestrales, con mitos, miedos, traumas, vivencias y enseñanzas que han pasado de generación en generación bajo la forma de cuentos. El horror folk ha legado obras tan especiales como The Wicker Man (1973, Robin Hardy) o la reciente Midsommar (2019) de Ari Aster (también director de Hereditary que no te puedes perder si tienes interés en cultivar pesadillas estéticamente refinadas 😅). Y desde el mainstream, pero igualmente joyas, Sleepy Hollow (1999, Tim Burton) o The Village (2004, Shyamalan).

Barroco-dark-feminist

    Para mí, The Witch es un folk tale naturalista, barroco, oscuro y feminista. Insisto en que esta es una interpretación personal y que, además, hay tantas cuestiones que podemos abordar desde la peli (y que aquí quedarán pendientes) que esto no es más que un esbozo. Bien, por dónde íbamos? ah, sí, un relato oscuro y feminista.

    El escenario de La Bruja es la Nueva Inglaterra del siglo XVII: asistimos al momento en el que una familia puritana es desterrada. Han de abandonar su comunidad para expurgar sus pecados, a través del aislamiento, el sufrimiento y el trabajo. Acaban por instalarse en un claro, a los pies de los límites de un bosque. Aparece así presentado el marco de desarrollo de toda la historia: la civilización vs. la naturaleza ancestral, el control mediante las estructuras sociales, la religión y el trabajo vs. las indómitas fuerzas que habitan los bosques y contra las que luchamos en nuestro interior. La virtud vs. el pecado. Y todas las dicotomías que articulan desde la psique hasta la sociedad en nuestra tradición cultural occidental.

    La Familia está compuesta por el padre (William), la madre (Katherine), Thomasin y Caleb (los hijos adolescentes), dos pequeños mellizos y un bebé. Ellos, como sucedió a escala social, con la persecución y quema de brujas, caerán en un delirio paranoico irreversible. La manera en la que estéticamente se representan el proceso es brutal: una iluminación sin artificio, cruda y natural, una paleta de color fría (que vira hacia el gris) y sonidos que van desde los instrumentos de cuerda iniciales hacia la percusión (como representación de lo tribal, lo primitivo, lo indómito que el bosque oculta). De fondo, entremezclados con la música y otros sonidos, escuchamos durante toda la película voces y cánticos súper inquietantes en una tensión que va creciendo. A través de una representación visual, súper sobria y carente de efectismo, entramos en una sensación de irrealidad a través de nuestras propias sensaciones e inquietud interior.

    La familia está pasando una situación extrema: los cultivos no crecen, el maíz se muere y no son capaces de cazar animal alguno. A penas pueden alimentarse. Como si fuera un castigo a la arrogancia de la que adolece la gran retórica de su credo. Pero, el hecho que acelera toda la psicosis posterior es la desaparición del bebé (que la Bruja del Bosque se lleva y nos revela de forma temprana que esta presencia es real) mientras está al cuidado de Thomasin, la hija adolescente. Katherine culpa a la chica, los pequeños (e insoportables mellizos) también y, aunque conserva la confianza de su padre y su hermano, todo empieza a derrumbarse. Los problemas para alimentarse hacen que William y Katherine lleguen a la conclusión de que Thomasin, que ya está convirtiéndose en una mujer, ha de ir a servir para una familia. Así podrá ganar el sustento que significaría la supervivencia familiar. Para evitar el destino de su hermana, Caleb, pre-adolescente, intenta solventar la situación adentrándose solo en el bosque para cazar. Esto acabará en un encuentro con La Bruja y con la muerte del chico en una escena de éxtasis (en el sentido histórico y religioso del término). Aparece aquí un elemento con una densa carga simbólica: la manzana, símbolo del pecado en la tradición judeocristiana.

El joven mendigo, Murillo, 1650.

    El delirio fruto del dolor de Katherine, la madre, y la culpabilidad del padre, William, los inducen a convencerse de que Thomasin es la bruja (los gemelos no ayudan). La familia interpreta que ella es el mal que les está causando todas las desgracias. Como un espejo micro de una situación macro, al igual que la demencia cultural que invadió el puritanismo, derivando en una de las Cazas de Brujas más conocidas de la historia, la demencia familiar hace más fuerte al verdadero mal que habita entre ellos (bajo la forma de un oscuro macho cabrío): Black Philip.

    Un elemento simbólico esencial en esta parte del filme es la aparición del color, si hasta ahora la paleta era fría, virando hacia el gris y el azul, hay determinados momentos en los que el rojo irrumpe en la pantalla con violencia. Tal vez anunciado ya por la manzana. Lo veremos en la capa de la bruja, en la turbadora escena del cuervo y en la sangre que teñirá toda esta ida de olla (familiar y colectiva). En medio de la aparición de las fuerzas atávicas oscuras que golpean a la familia: La Bruja que se lleva al bebé y mata a Caleb y Black Philip susurrando desde el granero, Thomasin entra en la fase de liminal de la adolescencia. Está dejando de ser una niña y se está convirtiendo en una mujer. Y, por ello, deja a, ojos de su familia, especialmente de su madre, de ser pura. Katherine, cuando la mira, la ve como la encarnación de la impureza y, tal como hizo su comunidad con ellos, condena a su hija al destierro de ir a servir para otra familia. 

    Por eso este horror folk tale es, para mí, un oscuro y perfecto cuento feminista en el que todos, menos Thomasin, acaban muertos. Como si los miembros de la familia fueran personificaciones de las rígidas estructuras morales puritanas que, en su ceguera, no saben identificar el verdadero mal y acaban por colapsar víctimas de sí mismos. La chica, por su parte, después de perder todo en una situación extrema también gana la libertad total: camina hacia el bosque, respondiendo a los cánticos, a los tambores,  a la hoguera en la oscuridad despojada de todo cuanto la subyugaba. Se quita la cofia que oculta su pelo, se desnuda, vende su alma, firma un pacto para ser poderosa. Thomasin se une a las demás brujas y se eleva, en el aquelarre, hacia el cielo oscuro. Fue una niña pero ahora es una bruja, una mujer unida a las fuerzas de la naturaleza más oscura. 

El fuerte contraste en el tratamiento de la imagen de Thomasin, al principio de la peli y al final. Después de toda su transformación se refleja en la paleta de colores y el resto de elementos simbólicos que han cambiado.

El Aquelarre, Goya, 1798.

    Quedan taaantas cosas por comentar de esta peli... una de mis favs, sin duda, dentro de su género al  que también le he dedicado unas cuantas horas XD. Me da pena dejarlo aquí peeeero, para no caer en la tremenda chapa: tallueu! 

    Y tú, conocías la peli? Cuáles son los temas que plantea que más te interesan? Tienes relatos favoritos del folklore (siempre oscuro) popular? 

Escríbe tu reflexión más abajo, en los comentarios, pliiz, que sería muy cool leerte ❤

Espero que te pases por aquí en el siguiente post!